sábado, 15 de agosto de 2009

Hogar ¿dulce? hogar

Qué mala suerte, después de tener todo el texto escrito, se me ha borrado..... En fin, volvemos a comenzar.

Trataba de explicar los motivos del título del blog de hoy. El por qué de sentir, por un lado, que estoy en casa (me duele reconocer que estos días en Madrid no me he sentido a gusto en mi casa de allí, que ya siento que mi hogar es este) y por otro renegar absulutamente de este país en el que, por h o por b, me ha tocado vivir. Y creo que los motivos para odiarlo, no me faltan:

1. DESORDEN SAUDI: Ayer llegamos al aeropuerto sobre las 4.30 de la madrugada. Salimos de allí cerca de las 6. Y todo porque había mucha gente en inmigración (entre ellos mis queridos "toallas", o sea, los peregrinos a La Meca, que van "vestidos" con trapos blancos simbolizando la pureza, pero que luego serían capaces de matar por pasar antes que tú), los funcionarios aparecen y desaparecen por arte de birli birloque, lo que supone que de repente tu cola se queda sin funcionario en el mostrador y tu cara se convierte en gesto de idiota mientras ves como avanzan las otras colas... Eso sí, tengo que reconocer que hay árabes educados, como el "toalla" de la cola de al lado mío, que viajaba con su madre en silla de ruedas y su funcionario acababa de desaparecer, justo cuando apareció el mío. Un funcionario intentó colarles delante nuestro, por la madre, pero él, muy correcto dijo que nosotros estábamos antes y que pasaría detrás. Aunque probablemente en su educación tenía mucho que ver que llevaba pasaporte británico y está acostumbrado a vivir dentro de un orden y concierto.
2. CALOR: con mayúsculas y de las grandes. Cuando abrimos la puerta de casa, a las 6 de la mañana, lo que salió de ahí sólo tiene un nombre: FUEGO. Era espantoso. Los aparatos de aire no daban abasto para "enfriar" las habitaciones. Mis plantas han pasado a mejor vida, creo que han muerto por una mezcla de ahogamiento (las dejé en barreños con agua que creo han resultado fatales) y asfixia (por la falta de aire para respirar).
3. NOCHE: No os podéis imaginar lo "perdida" que me sentí cuando, a las 8 menos veinte de la "tarde", saliendo del centro comercial, me encontré con una noche cerrada que mi cuerpo no reconocía a esa hora. Era como si de repente me hubieran dejado abandonada en una ciudad que no conocía, que sensación tan extraña, no me cuadraba para nada que fuera tan de noche a esa hora...no quiero ni pensar lo que va a ser el invierno aquí, no creo que haya sol más allá de las 5 de la tarde....
4. INCOMUNICACION: A estas horas, sólo he cruzado un par de palabras con el hombrecito del supermercado, con la filipina que limpia en casa y una breve conversación telefónica con mi marido. Menos mal que existe internet!
5. DEPENDENCIA: Estaba haciendo un gazpacho cuando se ha roto la batidora. En España hubiera bastado con coger el coche, el metro, el bus o lo que sea, y salir a comprar una batidora al supermercado más cercano. Aquí he tenido que meter la jarra con el gazpacho a medio hacer en la nevera y esperar a que Chema me lleve al super a comprar una batidora nueva....
Como veréis, motivos para odiar este país no me faltan. Sin embargo, cuando ayer estábamos comiendo en una mesita junto a la piscina de casa pensé que el verdadero placer de vivir es este..... bipolaridad? eterna dualidad humana? inconformismo?

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