martes, 5 de octubre de 2010

Somos camaleones


Recuerdo que cuando era pequeña, uno de los animales que más me sorprendieron, a pesar de la repugnancia que me causaba, era el camaleón. Y quizá de tanto admirar esa capacidad de mimetizarse con el ambiente que le rodea, desarrollé esa faceta camaleónica en mí misma. Me explico. Aprovechando unas reuniones de trabajo de mi marido, me he venido a pasar unos días a Dubai. Sí, otra vez a Dubai. Esa ciudad que, si viviera en España no se me ocurriría venir para nada, pero que viviendo en Jeddah es mi tabla de salvación (digo esto como si no fuera cada dos por tres a España, pero bueno, suena muy poético). El caso es que hoy pude disfrutar de un día normal: fui a la playa frente al hotel, no tuve que pagar por entrar, ni se trataba de una playa amurallada. Era una playa normal y corriente, como cualquiera en España. Después de comer fui a tomar un café a una terracita frente al mar (foto), algo impensable en Jeddah puesto que allí las terrazas de las cafeterías, las pocas que hay, son exclusivas para hombres, las mujeres estamos obligadas a consumir dentro del establecimiento. Después fui a una librería y me compré Come, Reza, Ama y, sólo cuando salía del establecimiento con mi flamante libro y me crucé con una nanny con pañuelo en la cabeza, me di cuenta de toooooodo lo que había hecho en el día de hoy sin abaya, caminando vestida como una mujer normal... Y eso me ha hecho darme cuenta de la increíble capacidad del ser humano de mimetizarse con su entorno y pasar de la opresión a la libertad sin apenas darse cuenta de ello.

martes, 28 de septiembre de 2010

Hay "honores" que matan

Esta mañana he desayunado con una no muy agradable sorpresa: cuando bajo a desayunar me dice mi marido: "mira el regalito que te han dejado tus gatos" (los callejeros que alimento). Voy a mirar, toda inocente, esperando encontrarme, como mucho una caquita y cuál sería mi sorpresa cuando me encuentro un pájaro muerto en el felpudo!!! Qué asco y qué honor! Par los poco duchos en la vida felina, os diré que los gatos no dejan de ser felinos amaestrados y, como tales, son cazadores. Y que para los gatos habituados a vivir entre hombres, es común cazar piezas y agasajarles con ellas dejándolas en la puerta de la casa. Incluso los gatos caseros, los que no salen a la calle y por tanto no tienen posibilidades de cazar presas vivas, suelen llevar comida a los lugares que comparten con sus amos. Mi gata Rosita solía llevar trocitos de comida a la cama. Me gustaría conocer el mecanismo exacto por el que las madres transmiten estos conocimientos adquiridos a sus hijos. En fin, que debería considerar un honor que el gatito en cuestión, seguro que ha sido Roxu, me haya obsequiado con tan preciada pieza, pero la verdad que desayunarse un cadáver en el felpudo y una marabunta de hormigas dispuestas a obtener comida para todo el invierno, no es muy agradable. Gracias a que he convencido a mi marido para que lo recogiera él, por supuesto, ni que decir tiene que hemos tirado felpudo y todo. En fin, este es el precio a pagar por vivir a ras del suelo, cuánto echo de menos mi 3º con ascensor....
La siguiente experiencia matinal ha sido organizar el viaje al supermercado. Hecho difícil donde los haya en un país como este: rezo a 12.15h, bien, pido el taxi a 10.30h y que me recoja a esa hora, así me libro del rezo. Llamo al taxi, imposible a esa hora. Hora disponible: 11.15h. Vaya, pues mi gozo en un pozo, ya me tengo que tragar el rezo en el supermercado. Bien, pues si el rezo empieza a 12.15, termina a 12.45h, mientras pago....pido el taxi a la 1 en punto (todo esto pensado a toda velocidad mientras hablo con la mujer de los taxis para confirmar disponibilidad). Llego al centro comercial y antes de entrar en el supermercado, me paro a mirar el escaparate de Stradivarius, que tiene una ropa monísima y que me pone los dientes largos pues no voy a poder ponerme ninguna de esas chaquetas tan monas que lucen las maniquís. Por cierto, una de ellas lleva unas sandalias preciosas, pero....qué es eso que corre por el pie? un bicho? Pues sí, efectivamente, es un bicho. Los "escaparatistas" han tenido la ingeniosa idea de verter tierra en el escaparate, muy otoñal y muy conjuntado con los tonos marrones de la ropa que exponen. El problema es que no se han molestado en buscar una tierra limpia y han debido sacarla del jardín de su casa, con lo cual, hay bichos. Qué asco, espero que nunca pongan esa ropa a la venta....qué ideas tienen....y que día repugnante llevo yo hoy.
El siguiente contratiempo es que cuando llego a la pescadería quedan sólo 2 minutos para que comience el rezo (y, por tanto, el pescadero se vaya a rezar, o lo que sea), compro 2 calamares y una merluza pero el hombre me dice que me lo limpia después del rezo, que quedan 2 minutos y se tiene que ir.....bueno, vale, daré una vuelta por ahí y luego vuelvo. Pero cual es mi sorpresa cuando, al abrir las cajas, veo que quedan 5 minutos para la 1, o sea, que han alargado el rezo 15 minutos más..... el pescadero no está, tengo que pagar (las colas después del rezo son colosales) y el conductor me recoge a la 1......adios a los calamares y la merluza, con lo hermosos que eran hoy. Total que, como veréis, la vida cotidiana, lo más fácil que hay que es ir a la compra, en este país es una carrera de obstáculos insalvable. Vamos, que hacer eso ya te hace llegar a casa agotada y con ganas de no salir de ella hasta que el frigorífico tenga telarañas! Para que luego me digan que vivo bien....

domingo, 19 de septiembre de 2010

Golpe de suerte


El diccionario de la Real Academia Española define "suerte" como "la circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede". Así hablamos de un "golpe de suerte" cuando sucede algo repentino y totalmente inesperado que nos facilita o alegra la vida en un momento dado. Pues yo acabo de vivir uno de esos golpes de suerte que me ha llevado a disfrutar inesperadamente de una ciudad también inesperadamente, para mí, bella: Londres. El pasado viernes regresabamaos a Jeddah, finalizando así nuestras vacaciones de Ramadam en España, poniendo fin a dos semanas de libertad en el vestir, en el comer, de conducir, de viajar....y lo bueno tocaba a su fin. Llegamos al aeropuerto de Barajas, donde nos informan de que el vuelo está retrasado. Esto, cuando tienes un vuelo de conexión con apenas 2 horas de espera siempre es motivo de inquietud, pero no es la primera vez que hemos despegado una hora tarde y luego hemos llegado a tiempo de coger el siguiente vuelo, así que no nos preocupamos demasiado. Hasta que, una vez dentro del avión, el comandante informa de que, debido a "problemas" con los controladores españoles y franceses, está buscando una ruta alternativa para no tener que sobrevolar Francia, lo que conllevará una duración mayor del vuelo, aproximadamente 50 minutos más. Pues estamos apañados, esto ya complica las cosas, entre el retraso y esto, ya hay muchas posibilidades de que lleguemos demasiado tarde a Londres. Mantenemos la esperanza de que el vuelo Londres-Jeddah también salga con retraso, aunque ya durante el vuelo, empezamos a soñar con la posibilidad de perder el vuelo y de poder pasar algunas horas en Londres...mmmmm.....apetecible, muy apetecible. Pues como a veces los sueños se vuelven realidad y los golpes de suerte existen, perdemos nuestro vuelo de conexión a Jeddah y disponemos de 24 horas para pasear por Londres por cortesía de British Airways!!!!. Así a la mañana siguiente, temprano, empieza nuestro periplo por la ciudad, con el fin de ver el máximo posible de cosas en las 8 horas de que disponemos. Y lo cumplimos: Hyde Park, Buckingham Palace (rebosante de gente por la visita del Papa, qué coincidencia!), Picadilly Circus, el Parlamento, el Big Ben, la Noria, el Puente de Londres, el Monumento..... Y todo esto en un soleado día de mediados de septiembre, con un cielo azul poco común para esta ciudad. Siempre dije que no tenía un interés especial por ir a Londres, que, así como mataría por ir a Paris, Londres siempre era uno de mis destinos secundarios. Craso error. Londres es una de esas ciudades europeas con solera, con sabor, con clase. Una de esas ciudades para pasear, para observar a su gente, para fotografiar mil rincones. Una ciudad para vivir, porque ni un día, ni una semana, ni un mes, serían suficientes para conocerlas, para disfrutar de todos sus rincones y de todos los Londres que habitan en él. Porque yo ayer conocí el Londres turístico, pero me faltó el nocturno, el cultural, el moderno, el clásico....y claro, en ese momento te preguntas: "...y por qué tengo que ser una expatriada en Jeddah en vez de serlo en Londres?". Quizá porque si no la vida sería demasiado perfecta.

domingo, 8 de agosto de 2010

Nada que contar

Últimamente son muchas las personas, aunque suene pedante decirlo, que me recriminan que ya no escriba en el blog. Y tienen razón, lo tengo muy abandonado, pero es que no tenía nada especial que contar, la verdad. O al menos nada digno de mencionar aquí. Llegaron las vacaciones de verano, me fui a Madrid, trabajé como una enana en mi casa tras la obra que hicimos, luego me fui a Panamá a pasar 10 días, volví a casa y seguí abriendo cajas, colocando y limpiando y, por fin, llegó el día de mi vuelta a Jeddah. Sí, nunca pensé que fuera a decir esto, pero no veía el momento de montar en el avión rumbo a mi casa. Y es que parece mentira, pero el ser humano es capaz de acostumbrarse a cualquier cosa. O al menos a mí me pasa, en cuanto cuelgo mi ropa en un armario, coloco cuatro cositas y adquiero una rutina, ya siento que estoy en casa. Y como el mes de julio fui como una peonza de un lado a otro con mi maleta a cuestas (primero en casa de mi madre, luego en un hotel hasta que nos llevaron los muebles, luego en Panamá....), pues me sentía como una homeless, con un desarraigo interno (y externo) que me llevó a una contractura generalizada que ni con los dos masajes que me dio mi amiga Montse se curaron. Pero como en esta vida nada es eterno, llegó el gran día en que me monté en ese avión de la Turkish que me devolvería a casa. Y hasta eso se hizo largo, pasamos una hora dando vueltas por la pista de Barajas (supongo que por la supuesta huelga encubierta de los controladores aéreos) y cuando ya pensaba que nos bajarían del avión y cancelarían el vuelo, arrancamos y conseguí llegar a Jeddah, a mi casa. Claro que en cuanto puse un pie fuera del aeropuerto (y su aire acondicionado) me arrepentí de llamar casa a esta sauna, pero bueno, dicen que la felicidad completa no existe y debe ser verdad. Y como comité de bienvenida, los gatos, que no hice más que poner un pie en casa e ir a la cocina para beber agua, cuando ya estaban maullando en la puerta para que les pusiera de comer. Pobrecitos, si es que todo el mundo se ha ido de vacaciones y aquí los dejan, tirados en la calle..... todos han adelgazado un montón, no sé si voy a poder recuperarlos antes de volverme a marchar, en septiembre. Y digo yo, es que aquí hasta los gatos son flojos? No son capaces de cazarse un pajarillo de vez en cuando? Será el calor, que hasta a ellos los ralentiza. Pues bien, la vida saudí se reanudó con la facilidad con que se reanuda siempre. Te levantas una mañana y ya es como si no te hubieras ido nunca, vuelves a la rutina tan fácilmente que a veces da miedo. Es cierto que la vida aquí es dura por las restricciones y diferencias culturales, pero luego tiene tantos aspectos que la hacen fácil (quizá por monótona) que llegas a sentir una dependencia absoluta de estas comodidades. Y eso asusta, sobre todo ante la idea de marchar de este país y tener que enfrentarte a la vida real. Es una especie de Síndrome de Estocolmo hacia una ciudad que es a la vez secuestrador y libertador. Raro, pero es así como lo sientes cuando vives aquí. Con lo cual comenzamos con la rutina de paseos por el mall con las amigas, piscina, gimnasio de vez en cuando (poco, para qué engañarnos), cenitas con los amigos y playa el viernes. Qué sería de nosotros, los expatriados de Jeddah, sin los exquisitos restaurantes de la ciudad, donde puedes comer delicias de todo tipo acompañadas, desgraciadamente, de agua o zumo o un cóctel sin alcohol. Y que sería de nosotros sin esas playas, prefabricadas y cerradas, dónde, a pesar de todo, conseguimos olvidar el país en el que vivimos. No sé si con esto consigo explicar la sensación de amor/odio que esta ciudad despierta. Todo es bueno pero a la vez malo. Todo podría ser perfecto, pero siempre hay algo que la hace imperfecta. Todo es bonito y feo a la vez. Todo es bueno y malo. Todo es fácil y difícil a la vez. Aquí todo el mundo es reo y verdugo a la vez. Y hablando de reos y verdugos, ayer me llegó un vídeo de una ejecución pública, cuyo enlace no voy a poner aquí por si realmente hay espías de la red como dicen. No sé si está grabado en Jeddah o en cualquier otra ciudad saudí, porque, lamentablemente, estas ejecuciones públicas se siguen llevando a cabo en todo el país. En este vídeo, grabado probablemente con un teléfono móvil, se ve la decapitación de un hombre. Una decapitación asombrosa por lo fácil y "limpia" que resulta. De un tajo. Ni una gota de sangre. El verdugo levanta el sable, lo deja caer y ¡zas! la cabeza cae y rueda, como en las películas. Tenía entendido que generalmente, para evitar el desastre de la sangre, que luego se quita tan mal, le extraen la mayor parte (no sé si la utilizarán después para transfusiones, qué pena tirarla, no?), lo que facilita el que el susodicho vaya ya medio atontado a la ejecución y que no salpique el impoluto thob (vestido blanco, típica vestimenta árabe) del verdugo. Qué apañados, cómo se notan los siglos y siglos de decapitaciones que tienen a sus espaldas, si ya dicen que la experiencia es la madre de la ciencia! Y pensaréis que tengo un humor negro, y un estómago, a prueba de bombas, pero es la única manera de sobrevivir a este tipo de cosas cuando vives aquí. Quizá sea que el hecho de que no haya sangre y todo sea tan rápido convierte esta escena real en una escena de película, de esas que vemos a menudo y te haga tomarlo menos en serio. Espero que sea eso y no que ya me haya convertido en un ser frío e insensible.
Y hablando de bombas, esta mañana hemos recibido un correo electrónico de la Embajada de España en Riad, avisándonos de las informaciones recibidas sobre posibles ataques terroristas a intereses occidentales en Qassim, una provincia al norte del país. Obviamente, desaconsejan que se viaje a esa zona, no sé si tendrá algún interés turístico o comercial, pero también recomiendan incrementar las precauciones en el resto del país. Y claro, tú te preguntas, ¿a qué se refieren con incrementar las precauciones? Porque es evidente que si un terrorista quiere atentar contra intereses occidentales, la manera más fácil de hacerlo (como ya ocurrió hace años aquí en Jeddah), es poner una bomba en un compound. O sea, que quizá es más seguro pasar el menor tiempo posible en casa, no? Pero, quien te asegura que no lo hagan en un mall? O que te sigan al salir del compound y tiroteen tu coche? Así que yo voy a seguir con mi vida como si nada, que sea lo que tenga que ser y lo que el destino nos tenga reservado. Más aún cuando, tras buscar en internet un mapa de Arabia para saber dónde se encuentra exactamente esa provincia, he visto que está bastante cerca de Medain Saleh, la ciudad a la que organizamos una excursión con los amigos en marzo, dónde, a toro pasado, supimos que hace unos años habían asesinado a unos franceses que habían hecho, exactamente, el mismo viaje que nosotros. Creo que si sobrevivimos a aquella excursión, es porque nuestro destino no es morir en Jeddah, seguro!

Y para, llegada la hora, irnos con una experiencia más, hoy he ido con dos amigas a darnos unos masajitos de pies, previo paso por un estanque de agua calentita con peces "chupadores", que nos han dejado los pies como nuevos. La sensación, sobre todo al principio, es muy extraña pues es una mezcla de cosquillas y calambres, pero es cierto que los pececillos se ponen las botas, no sé si comerán pielecillas o qué, pero chupan y mordisquean que da gusto. Luego un masajito y una buena capa de crema y listas para lucir pies en la playa!!
Bueno, pues parece que al final sí tenía cosillas que contar, no? Si va a ser verdad, que todo es aparcar la vaguería y ponerse a escribir. Gracias a todos los que me leen y me "echan de menos" cuando no escribo. Aquí seguiré para ellos, investigando en la vida saudí para tener cosas que contar!!!

sábado, 19 de junio de 2010

Gracioso o graciosillo?


Hace unos días leí el siguiente artículo de Arturo Pérez Reverte: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/538/caperucita-y-el-lobo-machista/, en el que, en tono de broma, habla de algunos temas candentes de la actualidad española, especialmente del tan comentado Ministerio de Igualdad y su responsable, Bibiana Aído. Cuando empecé a leerlo me pareció gracioso, pues en tono de parodia y utilizando cuentos tan famosos como "Blancanieves y los siete enanitos", o "El Soldadito de plomo", intentaba criticar el último objetivo (que yo sepa) de la Ministra: el contenido sexista de los cuentos de toda la vida. Y comenzó bien, hasta que comenzó a narrar su particular versión de Caperucita Roja, con perlas como: "Caperucita Roja (...) está en paro y es mujer, emigrante rumana sin papeles, magrebí pero tirando a afroamericana de color, musulmana con hiyab, lesbiana y madre soltera (...)" . De repente, lo que me parecía gracioso, empezó a parecerme de mal gusto, insultante. Sé que a Pérez Reverte le gusta provocar y así lo demuestra en la mayoría de los artículos que escribe en su página web, pero creo que en este caso se le ha ido de las manos: la abuelita de Caperucita es una mujer maltratada por su marido que, además, pegó a Caperucita y cumple condena por maltrato infantil en un penal en el que presos albanokosovares le sodomizan, el lobo es fumador y franquista, los cazadores que acuden a rescatar a Caperucita y su abuela de la barriga del lobo son firmes defensores de los animales y finalmente, como sustituto al clásico "fueron felices y comieron perdices", el lobo se arrepiente de su conducta y "deja el tabaco, se hace antitaurino y funda la onegé Lobos y Lobas sin fronteras, subvencionada por el Instituto de la Mujer". Siempre he considerado a Reverte un escritor respetable. Puede que le guste provocar con sus escritos. Pero creo que provocar a base de mofarse de determinados sectores de la sociedad (muy dignos, a mi parecer) no demuestra ningún talento. Cualquier escritor de poca monta puede hacerlo. Entiendo que critique a Bibiana Aído y su absurdo Ministerio (o no, según se mire, ojalá no fuera necesario, ojalá las mujeres tuvieran los mismos derechos que los hombres). Pero que ridiculice y se burle de los defensores de los animales, de los que trabajan para evitar que destrocemos el mundo en aras del progreso, de las mujeres y los niños maltratados, del Instituto de la Mujer (que se afana por hacer llegar la educación, la salud y el empleo a las mujeres más necesitadas de ellos) me parece lamentable. Y lo peor de todo es que, según sus propias palabras "...la verdad es que lo he bordado". Si, Sr.Reverte, lo ha bordado, ha metido el dedo en el ojo de mucha gente, puede sentirse orgulloso.

miércoles, 9 de junio de 2010

¿Costumbre o aberración?

Llega a mis manos un curioso (por llamarlo de alguna manera) artículo sobre una de las costumbres más absurdas, extrañas, estúpidas y machistas que he oído jamás. En el Islam cualquiera que se considere especialista en ley religiosa, puede emitir una serie de pronunciamientos sobre una cuestión determinada. A estos pronunciamientos se les denomina "fetua", algunas son tan importantes como para determinar la inocencia o culpabilidad de alguien en un juicio. Bien, pues actualmente en Arabia Saudí hay un gran debate público sobre una de las fetuas que parecen regir el comportamiento de los saudíes: dado que las mujeres no pueden mostrar su rostro a hombres ajenos a la familia, y mucho menos permanecer juntos bajo el mismo techo, parece ser costumbre que las mujeres amamanten a sus sobrinos, de modo que desde ese momento el lazo familiar que se crea impide que esa mujer y ese hombre puedan tener relaciones sexuales en el futuro y, por lo tanto, puedan estar juntos en una habitación sin levantar sospechas. Este acto se debe realizar 5 veces, dando el pecho completo al niño que, bajo ninguna circunstancia debe tener más de 2 años. Hasta aquí, podría considerarse una extraña costumbre, pero no difícil de asimilar e, incluso, respetable. Pues bien, no contentos con esto, han decidido que, dado que cada vez es más común que hombres y mujeres sin ningún parentesco permanezcan en un mismo recinto, las mujeres puedan amamantar a hombres -hechos, derechos y de pelo en pecho y mucho por cierto- para que se establezca con ellos un lazo familiar que les impida mantener cualquier tipo de relación sexual. La controversia se ha desatado porque uno de los jeques que han emitido su opinión sobre esta fetua considera que el amamantamiento debe producirse sin contacto entre el hombre y la mujer, es decir, que la mujer extraerá la leche y el hombre la beberá de un vaso. Sin embargo, el otro jeque cree que no es suficiente y que el contacto debe ser total, es decir, que el hombre mamará la leche directamente del pecho de la mujer con la que quiere establecer dicho "lazo familiar". Por supuesto, 5 veces. Y ahí andan, discutiendo si del vaso, si del pecho, sin pararse a dialogar sobre lo realmente importante de todo esto: alguien en este país se ha parado a pensar que el hecho de que un hombre sea amamantado por una mujer con el fin de evitar relaciones sexuales entre ambos, ya es por sí mismo una relación sexual? Es que nadie se ha dado cuenta del erotismo subyacente? Es que nadie se ha parado a pensar que esto es en cierto modo una "violación" (más) de la mujer? Y es que la obsesión de este país por evitar el contacto entre hombres y mujeres es enfermiza. En marzo de 2009, una mujer de 75 años fue condenada a 6 meses de cárcel y 40 latigazos porque fue sorprendida en el interior de su casa con 2 hombres que habían ido a llevarle pan. Yo he visto como los vigilantes de los centros comerciales impiden la entrada a chicos solteros los jueves y viernes ya que el centro comercial está lleno de chicas solteras y temen que puedan relacionarse. En Riyad los chicos pagan a mujeres desconocidas para que se hagan pasar por madres o hermanas y les permitan la entrada, hecho prohibido y perseguido por la policía religiosa que, en cambio, promueve el amamantamiento entre desconocidos... estamos locos o qué? En fin, esperemos que no se ponga de moda, no tengamos que ir sacando una teta por todas partes para evitar los latigazos!!!!!

viernes, 4 de junio de 2010

Charlas con Mohammed

Mohammed tiene 23 años y toda una vida por delante. Lo normal en un chico de su edad. Pero Mohammed ha nacido en Arabia Saudí. Y este accidente geográfico lo cambia todo. Mohammed trabaja en una clínica de rehabilitación por las tardes y estudia por las mañanas para terminar la carrera de Fisioterapia. Pero a él le gustaría estudiar en EEUU. Mohammed tiene una novia en Medina. Pero no puede verla, porque en Medina no hay lugares en los que una pareja de novios pueda encontrarse. Por eso tiene prisa por comprometerse con ella este verano. Mohammed es vírgen, no ha tenido ocasión de conocer mujer en el sentido bíblico, que no sé si será igual en el sentido "coránico". Mohammed quiere ir de vacaciones a Ibiza. Quiere ir a la playa, quiere ir a Pachá, quiere hacerlo todo. Pero de momento no se lo puede permitir. Trabaja duro para pagarse la carrera, para casarse en cuanto termine de estudiar y para empezar a tener hijos. Mohammed probablemente no hará realidad sus sueños, nunca vivirá el sueño americano, ni siquiera el ibicenco. Pero, mientras tanto, aprende a contar en español. Quizá esto sea lo más cerca que va a estar de Ibiza y de esas discotecas con las que sueña.

domingo, 16 de mayo de 2010

Despedidas


Dicen que las amistades que se hacen entre personas que viven fuera de su entorno original, en el que nacieron o vivieron toda su vida, son especiales, que se crean lazos cuasi familiares. Es verdad. La parte mala es que, antes o después, llega el momento de la despedida. El momento en que cada uno continúa su viaje, su vida en otros lugares y deja un pequeño hueco, casi comparable a la pérdida de un ser querido.
Hoy hemos tenido que despedir a Olga, nuestra Olga. Y con ella a su marido, Jesús, y las peques, Paula y Marta. Cuatro pellizquitos en el corazón. Cuatro ausencias que, especialmente los primeros días, sentiré como una falta de aire en los pulmones. Porque no va a ser lo mismo ir a cualquier parte sin las manitas de Marta dándome golpecitos para pedirme que vayamos a buscar al "miao", sin las historias de Paula, sin tu sonrisa. No ha sido mucho tiempo el que hemos compartido aquí, pero ha sido intenso e inolvidable, con muchos momentos buenos (los viernes de playa, las tardes de mall, las compras compulsivas en Balad...) y alguno que otro malo (la preocupación por los problemas de salud de Jesús, los malos resultados del equipo....). Recuerdo perfectamente el día que te conocí, en el Mall of Arabia, una mañana a primeros de diciembre del año pasado. Me llamaba la atención lo callada que eras, siempre observando todo (algo que ha heredado la pequeña Marta, que todo lo mira con sus enormes ojos negros), pero poco a poco fuimos ganando confianza y has resultado ser la más cariñosa, la más entregada, la más sensible y, desgraciadamente, la primera en irte. Me gustaría que la próxima temporada volvieras aquí, pero como sé que tú prefieres quedarte en España y yo no soy egoísta, voy a frotar una de las lámparas mágicas que tanto abundan por aquí y cuando salga el genio le voy a pedir que volvamos a vernos al menos una vez al año en España, todas las Cuchis juntas, celebrando nuestra vuelta a la libertad, sin abayas, con un buen jamón y un buen vino!!!
Y mientras tanto, sólo espero que la vida te dé todo lo que mereces, que nada te haga perder la sonrisa ni el brillo de felicidad de tu mirada y, sobre todo, que no te olvides de nosotras, que aquí te vamos a extrañar mucho y todo porque tú te lo has ganado. Eres muy grande Olga, no te voy a olvidar nunca. Hasta pronto.

domingo, 4 de abril de 2010

Sensaciones

Domingo.
Cielo azul.
Frío.
Lluvia.
Jamón, chorizo, lomo.
Pan.
Chupitos.
Me gusta conducir.
Mujeres enseñando las piernas.
Español.
Libertad.
Cumpleaños de la Gran Vía.
Metro.
Autobús.
Abrir el grifo y beber agua.
Calles limpias.
Carteles con mujeres en ropa interior.
Carteles con hombres en ropa interior.
Revistas de moda.
Revistas del corazón.
Tele-basura.
A veces las cosas sencillas dejan de serlo. Y es cuando te das cuenta de que la vida está hecha de pequeñas cosas. Y que son esas pequeñas cosas las que te hacen feliz, las que te hacen sentir bien. Las que te hacen la vida más fácil, más llevadera. Es bueno volver a casa de vez en cuando para darte cuenta de que la verdadera vida está aquí. Aquello es solamente un espejismo.

lunes, 22 de marzo de 2010

Raro, raro, raro....


Hay cosas de este país a las que no me acostumbraré nunca. Por ejemplo, a sus extraños horarios. Mi marido pidió cita hace unos días con un especialista de rodilla y le dieron cita ayer a las 22h. Sí, a las 10 de la noche. Increíble. Pero no contentos con eso, hasta le hacen una resonancia magnética en el momento! Total, que salimos de la consulta del médico a eso de las 12 de la noche. Y todavía había más pacientes. Supongo que esta costumbre viene de antiguo, cuando no existía el aire acondicionado y se veían obligados a salir una vez se había puesto el sol. Pero ahora que hay aire acondicionado en todas partes, no tiene demasiada lógica, debe ser algo tan arraigado en ellos que continúan haciéndolo. No hay más que dejarse caer por cualquier centro comercial a las 12 de la noche para ver familias enteras (con niños e incluso bebés), haciendo la compra a esa hora. No me acostumbro.

Tampoco me acostumbro a la esclavitud a la que someten a los inmigrantes. No a nosotros, claro, los expatriados del mundo rico, sino a los bangladeshis, pakistaníes, filipinos.... Ayer, mientras mi marido se hacía la resonancia, estuve charlando con la enfermera, filipina. Después de la charla con ella, me prometí a mí misma no volver a quejarme nunca de la vida aquí. Resulta que esta pobre mujer, además de trabajar hasta la 1 e incluso 2 de la madrugada, vive en una casa donde, cuando entra el último, se cierra la puerta, por fuera evidentemente, y ya no pueden salir de nuevo hasta la mañana siguiente, por supuesto para ir a trabajar. Os lo podéis imaginar? Le pregunté, y qué pasa si hay un incendio? Y la pobre, muy segura, me respondió que abriría el de seguridad. Ja, en eso se va a molestar el de seguridad, en arriesgar su vida abriéndoos la puerta a vosotros si hay un incendio... Lo más sorprendente es que ella lo contaba con una sonrisa en la cara. Y aún así, tuvo ánimo de preguntarme a mí cómo me siento viviendo en este país. Pues mira, gracias a ti y a tu historia, me siento bien, muy bien, no puedo quejarme.

Tampoco me consigo acostumbrar a tener que calcular los rezos siempre que voy a salir de casa. Algo tan cotidiano como ir al supermercado es aquí una carrera de obstáculos. Primero comprobar los horarios de los rezos, luego calcular el tiempo que voy a tardar en hacer la compra; si es mucho hay que intentar que pille el rezo entre medias; el tercer paso es llamar al servicio de limusinas para ver si es hay coche disponibles para las horas que has elegido, aquí conviene cruzar los dedos porque si no hay, toca empezar de nuevo con los cálculos.... Total, que ir a hacer la compra es casi tan complicado como cuadrar la agenda del Presidente del Gobierno!

Tampoco me acostumbro a su "doble moral". Ayer por la tarde fuimos a cambiar el horario de unos billetes de avión a una oficina de Saudi Airlines. Mi marido se había puesto un pantalón corto (por la rodilla) porque, según él, era más cómodo para enseñarle la rodilla al médico (¿?). El caso es que llegamos a la oficina, donde nos encontramos con uno de los amigos españoles, aunque de origen marroquí. De repente, uno de los empleados de la compañía aérea comienza a decirle algo: que mi marido no va correctamente vestido y que no le va a atender así.... increíble, verdad? Pues así fue. Tuvimos que quedarnos fuera para que nos atendiera. Muy fuerte. Aunque por otro lado, debo decir que supone un pequeño alivio ver que la discriminación no es sólo para las mujeres...ya lo dice el refrán, mal de muchos, consuelo de pocos.

Tampoco me acostumbro a su costumbre, valga la redundancia, de echar una manta al suelo en cualquier parte y montar un picnic la familia al completo. Y cuando digo cualquier parte no me refiero a un parque, no, sino a la carretera, una escombrera...es algo que no puedo entender porque, para eso, no es mejor cenar en casa?

Y por último, tampoco me acostumbro a las sorprendidas miradas de los niños, especialmente de los más pequeños. Parece mentira que bebés de 2 o 3 años tengan ya la capacidad de ver como algo extraño que una mujer no lleve pañuelo en la cabeza cuando está en la calle. Debe ser un conocimiento adquirido, transmitido de madres a hijos a través del cordón umbilical.

Y, a pesar de todo, debo reconocer que estoy totalmente hecha a esta vida, a esta ciudad, a la falta de libertad, a las comodidades e incomodidades y reconozco que aquí, no se vive tan mal.

domingo, 21 de marzo de 2010

Filosofía Reiki


Hace tiempo descubrí el Reiki como filosofía de vida. Me pareció interesante y decidí comprarme un libro para aprender a practicarlo. Hace casi un año que lo leo, y no es porque sea muy gordo, sino porque no tengo tiempo para hacerlo de seguido, con lo cual, cada cierto tiempo tengo que comenzar de nuevo. Pero claro, cómo puede una persona engancharse con el Reiki cuando ya desde el principio se ve obligada a incumplirlo? Me explico: uno de los principios del Reiki dice "sólo por hoy, respeta a todo ser viviente". Y yo, muy a mi pesar, no puedo llevarlo a cabo. Nada más levantarme por la mañana, cuando bajo a desayunar, ya me veo obligada a matar unas cuantas hormigas que han salido de su hormiguero (que ya me gustaría saber dónde está), para recoger las migajas del desayuno de mi marido. A veces las cuento. Veintiséis maté el otro día. Pero he desarrollado una técnica para que su sufrimiento sea ínfimo: cojo un tissue y las machaco rápido con el pulgar. No sufren. Bueno, sufren las otras, pues yo creo que las oyen. Dicen que el sistema de comunicación de las hormigas está muy desarrollado. Por eso creo que se avisan, quizá un grito inaudible para los humanos. Así que ya de buena mañana, incumplo uno de los mandamientos Reiki. Es como si un funcionario del corredor de la muerte pretendiera ser buen cristiano....no, no se puede.

Y luego están los gatos callejeros. Tengo dos con abono de temporada en mi casa. Uno de ellos, Roxu (rubio en bable) va y viene, de hecho tiene su propia casa, aunque parece preferir la mía. El otro, sin nombre, nunca se va de mi patio. Es un gatazo enorme, gris humo, con unos impresionantes ojos verdes. Probablemente era un gato casero, hasta que algo le pasó en el lomo (quizá hongos o un bocado de perro) y lo echaron. La verdad que no tiene buena pinta, ni siquiera ahora que parece estar cicatrizando. Pero a mí, precisamente por eso, me da pena y cada día le pongo un cacharrito con pienso y otro con agua. Pareciera que le hago un favor, sí, pero que será de él cuando yo me vaya? Así que pretendo utilizar esta buena acción como penitencia por la masacre diaria de hormigas y otros insectos (tengo una colonia de algo parecido a mantis religiosas en el balcón de arriba y de vez en cuando me dedico a espachurrar los huevos que ponen en la mosquitera), pero no sé si será suficiente. Hay algún Maestro Reiki por ahí que me pueda orientar?.... Mientras tanto, seguiré con el propósito de aprenderlo, a ver si llego a dominarlo y puedo convencer a las hormigas para que no salgan entre las 9 y las 22 horas y enseñar a los gatos a cazar su propia comida. Claro que entonces estaré promoviendo la matanza indiscriminada de pájaros....uf, me temo que el Reiki es más complicado de lo que pensaba!!!

miércoles, 27 de enero de 2010

Mortaja y libertad

Me tomo la libertad de tomar prestado el título de un artículo aparecido hoy en El Pais.com: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Mortaja/libertad/incompatibles/elpepisoc/20100127elpepisoc_1/Tes. En él se habla sobre la intención del Gobierno francés de prohibir el uso del burka en todos los servicios públicos. Y, tal y como nos tienen acostumbrados, los políticos lanzan al aire bonitas frases que les harán pasar a la historia: "mortaja", lo llama uno; "signo de servidumbre", dice el mismísimo Sarkozy, quien incluso se atreve a decir que "el burka no es bienvenido en Francia". Suena bien. Todos estamos de acuerdo en que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres (aunque luego no se cumpla y nos quedemos tan tranquilos). A todos nos gustaría erradicar esta prenda de la vida de millones de mujeres. Pero yo me pregunto, es éste el medio más adecuado? Realmente se va a conseguir eliminar el burka prohibiendo su uso en los servicios públicos en Francia? Cuando se apruebe esta Ley, si es que se aprueba, las mujeres árabes no podrán vestir burka en los edificios oficiales franceses. Pero tampoco en el metro, en el autobús, en un tren, en un hospital, en un colegio...incluso podrían llegar a prohibirlo en la calle, centros comerciales y demás lugares públicos. Lamentablemente, creo que la consecuencia directa de esta prohibición será el encierro aún mayor de estas mujeres. Una condena al ostracismo. Porque, ya sea por voluntad propia o por obligación, estas mujeres no pueden salir a la calle sin su burka, y por tanto, si no pueden vestirlo, no saldrán. Lo que las condenará a una vida aún menos digna que el burka. Cuando vives en un país árabe, te das cuenta de lo importante que es para estas mujeres cubrirse el pelo y a veces la cara. No se trata de una obligación directa por parte de sus maridos, sino de una enseñanza muy arraigada en ellas, desde que son pequeñas oyen a su alrededor hablar de decencia, de rectitud, de cómo una mujer de bien debe comportarse. Y todo esto en nombre de Allah, en una sociedad profundamente religiosa. Obviamente estas niñas, cuando crecen, están convencidas de que su cara no debe ser vista por hombres ajenos a su familia. Por tanto, si se les niega el derecho de cubrirse, simplemente no saldrán a la calle. Ni irán al médico. Ni llevarán a sus hijas a la escuela..... Sinceramente, para esto, me parecería mejor que no les permitieran la entrada en Francia. Muerto el perro, se acabó la rabia.
Y, desgraciadamente, aquí nos tocará sufrir las consecuencias de esta decisión del gobierno francés: para vengar el "ultraje" francés se volverán más intransigentes y los mutawas (policía religiosa) saldrá a la calle con más ansia de castigo, de obligar a las mujeres a taparse... y eso nos incluye a nosotras, las cristianas, pues aunque no tenemos obligación de taparnos el pelo, un mutawa puede pedirte (obligarte) que lo hagas. Hace apenas 10 meses que vivo aquí y cada vez veo más mujeres totalmente tapadas (incluso los ojos), parece que las "normas de decencia en el vestir" se están endureciendo cada vez más. Y, para colmo de males, aquí el "burka" es negro...ya podían dejarnos vestir ese color azul tan bonito!!!
En la misma edición de hoy de este periódico leo otro artículo, más preocupante que el debate francés: "Yemen, al borde del estallido": http://www.elpais.com/articulo/internacional/Yemen/borde/estallido/elpepuint/20100127elpepiint_6/Tes. La historia de Yemen es increíble: fue uno de los países clave en la Ruta de las Especias, vivió su máximo esplendor con la famosa Reina de Saba y resurgió en el siglo XVII, exportando al mundo entero "oro negro" - café - desde el puerto yemení de Moka. Fue dominado por diferentes civilizaciones, por pueblos como el egipcio, el otomano, la dinastía saudita e incluso los británicos. Hasta que alcanzó su independencia tras la Primera Guerra Mundial. Lamentablemente esta independencia les llevó a una intermitente guerra interna que preocupa más a su gobierno que el hecho de que Al Qaeda esté implantándose en el país, tal y como se ha podido comprobar tras la detención del nigeriano que intentó volar un avión el día de Navidad. Yemen está en guerra desde hace 5 años, sin tregua desde agosto del pasado año. Y para Al Qaeda esta es una zona a conquistar, es el puente que une África y Asia, territorios ya dominados por los terroristas. Una vez implantados en Yemen, les será fácil asentarse en toda la península arábiga. Y de ahí mi preocupación, por dos motivos:
1. Porque mi marido viaja con cierta frecuencia a este país, con el riesgo que esto supone por tratarse, por un lado, de un país en guerra y por otro, de un país en el punto de mira de los terroristas islámicos, capaces de secuestrar a occidentales para presionar a los gobiernos, tal y como estamos viviendo con los cooperantes españoles (aunque ya nadie, o casi nadie, se acuerde de ellos...).
2. Porque no sé hasta qué punto puede afectarnos a nosotros, los que vivimos en Saudi, el hecho de que Al Qaeda pueda llegar a implantarse en la zona. No me resulta nada tranquilizador saber que están a la vuelta de la esquina. Creo que Saudi es un país lo suficientemente interesado en mantener sus negocios con el mundo occidental, como para consentir que cédulas de este grupo terrorista se instalen aquí, pero no deja de ser un país islámico, dividido entre su fervor religioso y su dependencia económica del petróleo. Y, está claro, con los radicales no se juega y si no, mirad lo que dice un ulema (estudiante del Islam) yemení: si se admite la intervención extranjera de cualquier tipo en Yemen, "el Islam permite a los ciudadanos llamar a la guerra santa para expulsar a quienes les atacan". Y eso lo dicen ellos, que están sumidos en la pobreza más absoluta por culpa de una guerra interna que su gobierno no es capaz de finalizar!

martes, 26 de enero de 2010

Boca a boca


No, no me refiero al acto de reanimar a un moribundo, no....me refiero a ese acto por el que las cosas interesantes pasan de una persona a otra. Y nadie puede imaginarse lo importante que es eso en esta ciudad. Porque aquí las cosas no están a la vista de cualquiera. Aquí no hay una "Guía del ocio de Jeddah". Aquí todo se consigue a base de la casualidad o del boca a boca. Y es que, como decía en mi entrada anterior, hemos conocido a un grupo de españoles muy majo, con los que compartir cenas los fines de semana, viernes en la playa, fiestas, compras interesantes....en resumidas cuentas, INFORMACIÓN con mayúsculas. Resulta que, tras 9 meses viviendo aquí, hoy he descubierto un submundo de imitaciones muy, pero que muy interesante. Creía que yo era la única que no tenía un Vuitton, un Gucci, un Prada.... ja! pues no. Resulta que en Al-Balad, la parte vieja de la ciudad hay un centro comercial repleto de tiendas de bolsos, carteras, cinturones y bisutería de marca: Louis Vuitton, Prada, Gucci, CH, Versace.... Todo de imitación. Pero imitaciones muy, muy conseguidas. Como prueba, el Vuitton que me he comprado. También hay otra parte del centro comercial donde te venden los probadores de los mejores perfumes. Otra tienda donde te hacen la abaya a medida por 150 SAR (en las tiendas de los centros comerciales te piden 1000!!!)..... Y otro submundo lleno de fiestas.... con alcohol y todo!!!! Pero bueno, dónde hemos estado hasta ahora?
Además ahora estamos disfrutando de un tiempo excelente, hace fresquito (incluso algo de frío por las noches), se puede caminar incluso con abaya...qué más se puede pedir, sobre todo cuando pones la TVE y ves que en Madrid hoy ha vuelto a nevar? La verdad es que la vuelta tras las Navidades en España, no ha podido ser mejor. Esta es la mejor época del año, cuando el tiempo te da una tregua pero a pesar de todo puedes disfrutar de casi la única cosa buena de esta ciudad: la playa. Y eso unido a unos buenos amigos españoles, a compras interesantes, fiestas y cenitas ricas, hacen que la vida aquí sea "casi perfecta". O al menos lo parezca.