domingo, 22 de abril de 2012

Diez cosas que he aprendido en Arabia Saudí

1. A hablar inglés. 2. Algunas palabras en árabe. 3. A compartir espacio (físico y mental) con mi marido. Y a sobrevivir al matrimonio. 4. A hacer del Yoga una forma de vida. 5. A meditar (At the beginning, it never comes. In the middle, it never stays. At the end, it never goes). 6. A escuchar el silencio, exterior e interior. 7. A escuchar incluso a la gente que habla mucho pero dice poco. 8. A tener demasiado tiempo libre y no desperdiciarlo. 9. Que la gente, a veces, no es lo que parece. Unas veces es mejor y otras es peor. 10. Por último, pero no menos importante, he aprendido que si te pones una hoja de repollo dentro del sujetador, desaparece la tensión y el dolor del pecho durante el síndrome premenstrual. El inconveniente es que, con el calor, el repollo se medio cuece y huele tan mal como acostumbra.....vale, no es muy glamuroso, pero si funciona....es cuestión de prioridades, jaja!!

miércoles, 18 de abril de 2012

Hogar, dulce hogar

Aquí estoy, una vez más, esperando un avión que me llevará de vuelta a..... ¿casa?.... Pero, cuál es mi casa? Aquella, en un país que me resulta del todo extraño, tanto por sus costumbres como por el tipo de vida que llevo allí, a miles de años luz de la vida que acostumbraba a llevar aquí? O ésta, en la que viví durante 13 años pero que cada vez me resulta más ajena...? Había oído hablar de la gente que, habiendo vivido en diferentes lugares a lo largo de su vida, se siente de ninguna parte. Y nunca pensé que yo pudiera llegar a sentirme así, pero 3 años después de haber salido de España, rumbo a un lugar que creí nunca pudiera hacer mío, me siento mucho más ubicada allí que aquí. Quizá esto es lo que se conoce como "desarraigo". Lo he sentido especialmente en este viaje. No sólo porque sienta que mi casa está allí, que lo está evidentemente pues es donde hago mi vida diaria, donde están mis cosas, donde he construído mi hogar, sino porque cada vez me siento más "bicho raro" aquí, más ajena a todo y a todos. Sigo teniendo mi familia y mis amigos, pero me he dado cuenta de que ya no formo parte de su vida diaria, la gente tiene sus rutinas, sus costumbres, su gente.... es complicado verse porque todo el mundo tiene compromisos, cosas más importantes que hacer que quedar con alguien que viene 2 o 3 veces al año.... Afortunadamente, mis verdaderos amigos están ahí y siempre hacemos lo imposible por vernos, aunque sea un ratito corto, pero a veces siento que es "forzado"....
Así que, por primera vez en estos tres años, estoy deseando coger esos dos aviones que me llevarán rumbo a casa, rumbo a mi vida, rumbo a mi rutina. La vida, a veces, te sorprende. Por suerte. Hasta la próxima, Madrid. Hasta la próxima, gente.