martes, 22 de febrero de 2011

Siempre ha habido clases y clases

Esperanza Aguirre tiene cáncer de mama. Lo siento mucho por ella, ojalá se cure. Pero Esperanza Aguirre tiene suerte. Porque Esperanza Aguirre es la presidenta de la Comunidad de Madrid, todo un cargo! Y como tal, Esperanza Aguirre tendrá un trato preferente en la sanidad pública española. Para empezar, deduzco por el tembleque que su voz dejaba escapar ayer, que el diagnóstico se ha realizado recientemente. Y hoy ingresaba en el hospital para ser operada. Ha tenido la suerte de ser ingresada inmediatamente, ni siquiera le habían hecho previamente las pruebas preoperatorias. Sin esperas. Ni siquiera para tener los resultados del preoperatorio. Para ella, servicio exprés. Cualquier pobre españolito, que paga sus impuestos como dios manda, tiene que:
1º Conseguir una cita con el oncólogo del hospital de referencia que certifique que, efectivamente, tiene cáncer, para lo cual, probablemente, le repetirán las pruebas, sobre todo si vienen de un médico privado.
2º Que ese oncólogo le envíe a hacer las pruebas preoperatorias (eso si antes no prefieren dar unas sesiones de quimio, como suelen hacer, para frenar el crecimiento del tumor).
3º Que le hagan todas las pruebas preoperatorias y obtengan el resultado apto para operar.
4º Que le den fecha para la operación.
Total, que entre unas cosas y otras pasan, al menos, 2-3 meses.
Pero Esperanza Aguirre es la presidenta de la Comunidad de Madrid y, sólo por eso, tiene derecho a saltarse todos los paso previos, ingresar inmediatamente, hacerle las pruebas preoperatorias y operarla en un sólo día. Lo nunca visto. ¿Esto no se considera tráfico de influencias? ¿Trato de favor, quizás? ..... Está claro que hasta para tener un cáncer hay que tener suerte. Y lo peor es que, cuando salga del hospital, dirá que la sanidad madrileña funciona estupendamente. Como diría aquel "manda huevos!!!".