domingo, 21 de marzo de 2010

Filosofía Reiki


Hace tiempo descubrí el Reiki como filosofía de vida. Me pareció interesante y decidí comprarme un libro para aprender a practicarlo. Hace casi un año que lo leo, y no es porque sea muy gordo, sino porque no tengo tiempo para hacerlo de seguido, con lo cual, cada cierto tiempo tengo que comenzar de nuevo. Pero claro, cómo puede una persona engancharse con el Reiki cuando ya desde el principio se ve obligada a incumplirlo? Me explico: uno de los principios del Reiki dice "sólo por hoy, respeta a todo ser viviente". Y yo, muy a mi pesar, no puedo llevarlo a cabo. Nada más levantarme por la mañana, cuando bajo a desayunar, ya me veo obligada a matar unas cuantas hormigas que han salido de su hormiguero (que ya me gustaría saber dónde está), para recoger las migajas del desayuno de mi marido. A veces las cuento. Veintiséis maté el otro día. Pero he desarrollado una técnica para que su sufrimiento sea ínfimo: cojo un tissue y las machaco rápido con el pulgar. No sufren. Bueno, sufren las otras, pues yo creo que las oyen. Dicen que el sistema de comunicación de las hormigas está muy desarrollado. Por eso creo que se avisan, quizá un grito inaudible para los humanos. Así que ya de buena mañana, incumplo uno de los mandamientos Reiki. Es como si un funcionario del corredor de la muerte pretendiera ser buen cristiano....no, no se puede.

Y luego están los gatos callejeros. Tengo dos con abono de temporada en mi casa. Uno de ellos, Roxu (rubio en bable) va y viene, de hecho tiene su propia casa, aunque parece preferir la mía. El otro, sin nombre, nunca se va de mi patio. Es un gatazo enorme, gris humo, con unos impresionantes ojos verdes. Probablemente era un gato casero, hasta que algo le pasó en el lomo (quizá hongos o un bocado de perro) y lo echaron. La verdad que no tiene buena pinta, ni siquiera ahora que parece estar cicatrizando. Pero a mí, precisamente por eso, me da pena y cada día le pongo un cacharrito con pienso y otro con agua. Pareciera que le hago un favor, sí, pero que será de él cuando yo me vaya? Así que pretendo utilizar esta buena acción como penitencia por la masacre diaria de hormigas y otros insectos (tengo una colonia de algo parecido a mantis religiosas en el balcón de arriba y de vez en cuando me dedico a espachurrar los huevos que ponen en la mosquitera), pero no sé si será suficiente. Hay algún Maestro Reiki por ahí que me pueda orientar?.... Mientras tanto, seguiré con el propósito de aprenderlo, a ver si llego a dominarlo y puedo convencer a las hormigas para que no salgan entre las 9 y las 22 horas y enseñar a los gatos a cazar su propia comida. Claro que entonces estaré promoviendo la matanza indiscriminada de pájaros....uf, me temo que el Reiki es más complicado de lo que pensaba!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario