miércoles, 18 de abril de 2012

Hogar, dulce hogar

Aquí estoy, una vez más, esperando un avión que me llevará de vuelta a..... ¿casa?.... Pero, cuál es mi casa? Aquella, en un país que me resulta del todo extraño, tanto por sus costumbres como por el tipo de vida que llevo allí, a miles de años luz de la vida que acostumbraba a llevar aquí? O ésta, en la que viví durante 13 años pero que cada vez me resulta más ajena...? Había oído hablar de la gente que, habiendo vivido en diferentes lugares a lo largo de su vida, se siente de ninguna parte. Y nunca pensé que yo pudiera llegar a sentirme así, pero 3 años después de haber salido de España, rumbo a un lugar que creí nunca pudiera hacer mío, me siento mucho más ubicada allí que aquí. Quizá esto es lo que se conoce como "desarraigo". Lo he sentido especialmente en este viaje. No sólo porque sienta que mi casa está allí, que lo está evidentemente pues es donde hago mi vida diaria, donde están mis cosas, donde he construído mi hogar, sino porque cada vez me siento más "bicho raro" aquí, más ajena a todo y a todos. Sigo teniendo mi familia y mis amigos, pero me he dado cuenta de que ya no formo parte de su vida diaria, la gente tiene sus rutinas, sus costumbres, su gente.... es complicado verse porque todo el mundo tiene compromisos, cosas más importantes que hacer que quedar con alguien que viene 2 o 3 veces al año.... Afortunadamente, mis verdaderos amigos están ahí y siempre hacemos lo imposible por vernos, aunque sea un ratito corto, pero a veces siento que es "forzado"....
Así que, por primera vez en estos tres años, estoy deseando coger esos dos aviones que me llevarán rumbo a casa, rumbo a mi vida, rumbo a mi rutina. La vida, a veces, te sorprende. Por suerte. Hasta la próxima, Madrid. Hasta la próxima, gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario